sábado, 3 de enero de 2009

Sony Contribuyó “sin Querer” al Desarrollo del Procesador de Xbox 360

El desarrollo del chip Cell para PS3 ayudó a crear el procesador de Xbox 360

Según publica un reciente libro, Sony contribuyó “sin querer” al desarrollo del procesador de Xbox 360.

The Race for a New Game Machine, tomad nota de este título porque es el nombre de un libro que no tiene desperdicio si te entusiasman las historias de conspiraciones, entresijos y tejemanejes relacionados con el desarrollo de una consola de videojuegos, en este caso concreto con la de dos compañías que se llevan como agua y fuego, Sony y Microsoft, PlayStation 3 y Xbox 360.

Sus autores, David Shippy y Mickie Phipps, muestran en el libro el dilatado proceso de creación del chip Cell, un procesador destinado inicialmente a redefinir lo que hoy conocemos como nueva generación de juego en la máquina de Sony, pero cuyo desarrollo fue tremendamente dilatado y, según parece, oscuro.

Resumiendo algunos puntos clave del libro y siempre según relatan sus autores, en el año 2001 Sony se alió con Toshiba e IBM para crear el procesador Cell, un poderoso chip cuyo desarrollo se estimaba en unos 400 millones de dólares y que, tras cinco años de desarrollo aproximado, culminaría con el lanzamiento de PlayStation 3 en Navidades de 2005.

Hasta aquí los planes iniciales, pero las cosas cambiaron. Según relata el libro, a finales de 2002 un nuevo “partner” entró en “juego”, Microsoft, quien se acercó a IBM para crear igualmente un nuevo chip para su siguiente consola, Xbox 360. Fruto de este acercamiento, en 2003 IBM mostró a Microsoft las especificaciones del todavía en desarrollo proyecto Cell. Microsoft se interesó y contrató a IBM para el desarrollo de su propio chip, un chip que debía ser realizado alrededor del mismo núcleo que IBM desarrollaba para Sony.

Curiosamente las tres partes involucradas en el desarrollo de Cell (Sony, Toshiba e IBM) habían acordado que IBM podría vender de forma eventual el cell a otros clientes, pero al parecer no habían imaginado que IBM podía, o según el libro pudo, vender partes concretas del cell antes de que se concluyera su propio desarrollo y, por consiguiente, el de PlayStation 3.

De este modo, según revela el libro, IBM se involucró en un proceso de desarrollo paralelo repleto de secretismo, presiones y “absurdos” como que ingenieros de IBM en un equipo ocultaban información a los del otro y viceversa, curiosamente ambos situados en distintas plantas de un mismo edificio.

Finalmente ambos desarrollos fueron culminados a tiempo por IBM, pero por problemas posteriores de fabricación, Sony no lanzó su PlayStation 3 hasta el 2006; Microsoft si lo hizo en 2005. Según Shippy el resultado de esta situación tuvo un claro perdedor, Sony, quien vio como su dinero destinado a crear su procesador fue también aprovechado para crear un componente para que Microsoft lo usara en su contra.

Tanto Shippy como Phipps comentan que ambas compañías “alcanzaron sus objetivos” con el desarrollo de sus chips destinados a sentar un nuevo “estándar técnico

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